Carta de la CV

Escrita en 2006 por la primera Asamblea de la Comunidad Viatoriana y adoptada ad experimentum por el 28º Capítulo General de los Clérigos de San Viator, esta Carta propone a los miembros de la comunidad viatoriana su documento fundacional. La Carta describe la identidad y las características esenciales de esta comunidad que encarna el carisma viatoriano. Esta Carta también apunta a guiar a todos los Viatores en su manera particular de servir al Pueblo de Dios.

Estas características pueden llamarse el carisma que Dios le da a la Comunidad Viatoriana. Se pueden vivir en el modo secular (por los Asociados) y en el modo regular (por los Religiosos) en el marco de la Comunidad Viatoriana. Existe una oportunidad única para que la misión y la comunión fraterna de Viator sea realizada por muchas personas, hombres y mujeres, laicos, religiosos y sacerdotes, con diferentes cualidades y compromisos.

La Comunidad Viatoriana está formada por religiosos y asociados, distintos y unidos, sin confusión, que armonizan bajo la égida del espíritu querbesiano. Estos dos grupos son, por lo tanto, complementarios, como la cara y el reverso de la misma moneda, tan hermosos como la otra.

Qué privilegio para la Comunidad Viatoriana ilustrar con esta complementariedad de vocaciones la diversidad de los estados de vida en la Iglesia. ¿Quién dijo que la Comunidad viatoriana ofrecía al mundo un modelo de la Iglesia? Es importante que los Viatores mantengan vivo su conciencia de formar un grupo donde cada vocación particular, religiosa y laica, sea vivida, respetada y promovida.
La Carta tendrá precisamente para todos los Viatores este rol de memoria que les recuerda constantemente quiénes son y por qué están juntos.