Francia

Tras una experiencia de diez años como «Delegación», los Clérigos de San Viator de Francia recuperaron su estatus oficial de «Provincia de Francia» el 1 de septiembre de 2019, sin perjuicio de lo que se denomina «Comunidad Viatoriana de Francia», formada por religiosos y laicos asociados.

De hecho, el artículo 5 de la constitución indica que «nuestra Congregación acepta asociar a otras personas que deseen participar en su misión, en su vida espiritual y en su vida comunitaria».

La Provincia cuenta actualmente con 75 religiosos y 70 asociados, establecidos en Francia y en Costa de Marfil.

El Viator religioso y el Viator laico de Francia, que siguen siendo jurídicamente distintos, profundizan en su vida espiritual, en sus compromisos apostólicos individuales y comunitarios, y refuerzan y amplían la red de caridad que les une como colaboradores en la misión.

Según el Reglamento Particular aprobado, «se apoyan mutuamente en la misma comunidad a la que aportan la complementariedad de sus diferentes estados de vida para la realización del mismo carisma» (artículo 5). Esto significa «Comunidad» en sentido amplio y no «vivir juntos bajo un mismo techo».

Recientemente se han constituido dos consejos. El Consejo Provincial, formado por el Superior Provincial y cuatro religiosos, por un lado, y el Consejo de la Comunidad Viatoriana, también presidido por el Superior Provincial y compuesto por dos religiosos y dos asociados, por otro.

La Asamblea General de la Comunidad Viatoriana, que se reúne al menos una vez al año en una sesión de cierta duración, se ocupa de las cuestiones que afectan a la vida y al futuro de los viatores en Francia.

Las prioridades elegidas por el Consejo de la Comunidad Viatoriana se concretaron en torno a la escucha, la innovación y la fraternidad. En otra sesión, se consideró la cuestión de la formación (inicial y permanente) y se formó una comisión para estudiar la participación en los gastos de funcionamiento de la comunidad viatoriana. En una tercera sesión, se evaluaron en profundidad los primeros años de vida de la Comunidad Viatoriana y se debatió de forma concreta el reparto de los gastos de funcionamiento y el presupuesto.

En cuanto a las diferentes comunidades, se abrieron a los encuentros e intercambios, a la lectio divina, ya sea a nivel local, o entre las comunidades del sector o de la provincia religiosa…

Los Viators en su conjunto no pueden prescindir de una reflexión sobre su especificidad. Los religiosos deben ver lo que significa ser religioso hoy en día. Cuál es el sentido de los votos y de la vida religiosa. También deben discernir los retos personales y comunitarios, y estar abiertos a nuevas formas de vida comunitaria. Por su parte, los viatores laicos deben continuar su relectura laica del carisma viatoriano. Cada persona, en sus propios compromisos, está invitada a desarrollar una profunda y renovada vida espiritual viatoriana.