Sobre nosotros

La Congregación de Los Clérigos de San Viator

La congregación religiosa de los Clérigos de San Viator, fundada por el Padre Louis Querbes, aprobada por el arzobispo Gaston de Pins, administrador apostólico de Lyon en 1831 y por el Papa Gregorio XVI en 1838, encuentra su identidad y espíritu expresado hoy en un Constitución, complementada por el Reglamento General y particular.

Según la legislación de la Iglesia, la Congregación de los Clérigos de San Viator es reconocida como un Instituto apostólico, clerical y religioso, de derecho Pontificio. La vida religiosa Viatoriana incluye necesariamente un apostolado activo que puede ejercerse en toda la iglesia y que permanece bajo la jurisdicción del ordinario local.

La Congregación de los Clérigos de San Viator es identificada por un sello cuyas diferentes partes provienen del padre Querbes. Es el monograma de ISH rematado por una cruz, enmarcado por el lema Sinite parvulos venire ad me, centrado en una corona de espinas.
Todos los miembros de la congregación, independientemente de que hayan recibido o no ministerios instituidos o ordenados, son religiosos con la misma posición dentro de la congregación. Todos profesan la pobreza, la castidad y la obediencia y trabajan juntos en la misma misión viatoriana.

Un anillo, que se da a los religiosos en el momento de su profesión perpetua, es el signo exterior de su pertenencia a la congregación. Usado en la mano derecha, el anillo tiene diez muescas, y grabado en su bisel es el monograma suyo coronado por una pequeña Cruz.

Desde el inicio de la congregación, este anillo ha expresado el compromiso definitivo del clérigo de San Viator y su devoción a la madre de Dios.

La misión de la congregación

Para cumplir con su misión, los clérigos de San Viator deben tener en cuenta los siguientes elementos característicos en la elección de sus compromisos apostólicos:

a) trabajar en la educación cristiana;
b) establecimiento y desarrollo de comunidades cristianas;
c) promover la calidad de la vida litúrgica;
d) hacer de la gente joven una prioridad;
e) preocuparse por los más desfavorecidos.

Vida comunitaria viatoriana

Según una expresión del padre Querbes, la vida comunitaria de los Viatores debe vivirse en armonía mutua basada en la caridad. Tal participación exige el establecimiento y mantenimiento de relaciones fraternales auténticas y la ausencia de
cualquier tipo de privilegio.

Los religiosos Viatores usualmente viven en comunidades locales para llevar una vida de comunión fraterna. Cada religioso es responsable de su presencia fiel y participación activa en la vida comunitaria. Son condiciones indispensables para el dinamismo y el crecimiento de la comunidad local. Un superior local debe asumir la responsabilidad de alentar el desarrollo de la vida religiosa y de apoyar las relaciones fraternales dentro de cada comunidad local.

El ejercicio de la autoridad

En nuestra congregación, el servicio pastoral de la autoridad se ejerce en diferentes niveles de gobierno:

a) el capítulo general y la dirección general;
b) las provincias
c) las regiones;
d) las comunidades locales.

En un espíritu de corresponsabilidad y de acuerdo a sus oportunidades, cada clérigo de San Viator colabora con los que están encargados de esta autoridad. Al hacerlo, todos contribuyen a la unidad y al crecimiento de la congregación para que pueda lograr
su misión en el mundo.