Los viatores están presentes en la histórica ciudad de Vitoria-Gasteiz desde hace 117 años, sólo un año después de su llegada a España. Abrieron el Colegio San Viator en 1970 y han hecho progresar el carisma viatoriano educando integralmente a sus alumnos en el marco de la fe católica durante 50 años.

Este año, el Colegio San Viator ha lanzado un año entero de celebración de su 50 aniversario, que incluirá una visita de los miembros del Consejo General en marzo, una reunión en junio con los antiguos alumnos y un encuentro en diciembre con los antiguos profesores, los padres y los colaboradores.

«La misión de los Clérigos de San Viator es ‘anunciar a Jesucristo y su Evangelio y suscitar comunidades en las que se viva, se profundice y se celebre la fe,’ » dice el Padre Robert M. Egan, CSV, Superior General. «Hemos tenido el privilegio de vivir esta misión en colaboración y en partenariado con los asociados laicos de la Comunidad Viatoriana.»

«El Colegio San Viator es un centro de educación cristiana para los alumnos y sus familias,» añade el padre Egan. «La administración, los profesores y el personal están convencidos de que la enseñanza y el aprendizaje deben basarse en valores evangélicos que ayuden a garantizar la excelencia académica y la educación en la fe de los alumnos de este colegio.»

Actualmente, el centro cuenta con 1.275 alumnos que van desde educación infantil hasta la secundaria. El personal consta de 94 profesores y cuatro religiosos, así como más de 35 viatores religiosos y asociados, que viven en las comunidades circundantes y que apoyan al colegio en su misión.

El Colegio San Viator ganó el premio «Q de Oro» en 2010 por su gestión de calidad, y sus administradores revisan y actualizan continuamente sus métodos pedagógicos. La mayoría de las clases se imparten en español, pero el 25% se imparte en inglés, incluidas las ciencias sociales, la tecnología y las artes y oficios. San Viator también ha establecido programas de intercambio con escuelas de Filadelfia, del sur de Francia, y de Hamburgo en Alemania.

«Partimos de la convicción de que todo aprendizaje debe estar integrado en nuestra fe católica,» dicen los responsables del colegio, y añaden, “que el proceso de enseñanza debe transmitir nuestros principios y los valores evangélicos.»