Es en la simplicidad y humildad, dónde nació nuestro Salvador.
Que esta temporada de alegría y esperanza sea un recordatorio de que el amor de Dios se derramó en el nacimiento del Príncipe de la Paz.
En nombre de los miembros del Consejo General, les envío nuestros mejores deseos para una Feliz Navidad y un Año Nuevo de bendiciones y gracia.
Robert M. Egan, CSV
Superior General