Casi 60 años después de establecer una fundación en Colombia, los Viatores han creado su primera parroquia, que lleva el nombre del patrón de la comunidad, San Viator.

La construcción de la parroquia de San Viator en Bogotá comenzó el año pasado, tras varios  años de recaudación de fondos y de espera del los permiso de construcción. Dirigida por el padre Edgar Suárez, CSV, párroco, la comunidad parroquial realizó su primera celebración en la nueva iglesia en Pascua, aunque todavía quedan muchos aspectos por completar. Tienen previsto inaugurar su nueva iglesia en septiembre.

«Ha pasado un año desde la bendición de la primera piedra, y ahora hemos comenzado las celebraciones en nuestra nueva iglesia parroquial,» dice el padre Suárez. «Hemos completado gran parte de la obra, pero aún quedan muchos detalles por ultimar, como la sonorización, las vidrieras, los bancos, el aparcamiento y la capilla de la Virgen del Rosario.»

La parroquia está situada en el norte de Bogotá, en el barrio de Torremolinos. Esta dinámica zona alberga un gran número de colegios, universidades, clubes deportivos y sociales, residencias de ancianos y comunidades religiosas. Incluso antes de que el edificio de la iglesia tomara forma, la parroquia creció hasta servir a 1.000 familias, que participan en diversas actividades apostólicas.

«Para la comunidad parroquial, fue una bendición y una gran alegría iniciar la construcción», añadió el padre Suárez. «Es un gran signo de vida y esperanza que nos motiva a seguir trabajando por el Reino de Dios en este sector de la ciudad en nuestra arquidiócesis de Bogotá.»

La iglesia está bien iluminada y ventilada;  posee  muchas ventanas e imágenes religiosas -incluida una llamativa vidriera que representa a San Viator y está situada  sobre la puerta de entrada de la iglesia-, así como exuberantes jardines embellecidos con una decorativa iluminación exterior.

«Como viator, sigo ilusionado con esta labor que el Señor ha puesto en mis manos,» añade, «para seguir construyendo una comunidad parroquial viatoriana en la que se viva, se profundice y se celebre la fe, y para seguir edificando esta iglesia para la gloria de Dios y el servicio de la comunidad.»