Queridos hermanos y hermanas,

Las palabras parecen inadecuadas para describir la crisis sanitaria global que tantas personas están experimentando en todo el mundo. La enfermedad y la muerte de tantas personas paraliza  las mentes y los profesionales de la salud parecen indicar que lo peor está por venir en muchos países.

Os escribo  para ofrecer unas  palabras de aliento y apoyo para toda nuestra Comunidad Viatoriana y para todos aquellos a quienes servimos. Rezo para que os encontréis bien  y con salud  y para que podáis tomar  las medidas apropiadas para preservar vuestra  salud y bienestar. De manera especial, recordemos a aquellos países y personas tan seriamente afectados por este virus. Nuestras oraciones de apoyo y de fe pueden sostener a aquellos que experimentan la enfermedad en estos días. Recordemos también en la oración a todos aquellos que están luchando valientemente contra esta enfermedad, a los trabajadores de la salud, médicos, enfermeras, personal sanitario y a todos aquellos que se afanan  para aportar la  curación y la esperanza a los que sufren.

Las Escrituras nos recuerdan que el Señor nunca abandonará a su pueblo. El salmista nos recuerda esa verdad: «Al que se aferre a mí lo libraré; al que conozca mi nombre lo pondré en alto. A todos los que me invoquen les responderé, estaré con ellos en la angustia; los libraré…»  (Salmo 91: 14-15). Confío en que este  mensaje de fe y esperanza nos sostendrá a cada uno de nosotros en estos días difíciles. Aunque experimentemos ansiedad, miedo y preocupación por el futuro, os invito a renovar nuestra oración, pidiendo la fuerza del Señor.

Sabed que os recuerdo en la oración cada día. Oremos unos por otros. Manteneos seguros y sanos!

 

Sinceramente en Cristo Sanador,

 

 

Robert M. Egan, CSV

Superior General