El Centro San Viator de Valladolid siempre se ha descrito como una casa de acogida. Desde el final de su vida como seminario, en 1994, el centro ha estado a disposición de grupos para retiros anuales, reuniones, asambleas y encuentros provinciales.

Refugiados que aprenden técnicas que les ayudarán en su nuevo país.

Sin embargo, los Viatores han reconocido que, durante muchos años, gran parte del edificio permaneció en desuso, con amplias instalaciones vacías o simplemente utilizadas como almacenes. En el verano de 2017, surgió la oportunidad de utilizar estas zonas de forma que se hiciera realidad un mensaje del Papa Francisco:

«Queridos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero.  Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. El Señor nos llama a vivir con más valentía y generosidad la acogida en la comunidad, en las casas, en los conventos vacíos… «(Pronunció estas palabras durante una visita en 2013 a un centro de ayuda a los refugiados dirigido por los jesuitas en Roma).

En respuesta, los Viatores han trabajado para convertir un ala del Centro San Viator en un centro de acogida. Durante los últimos cinco años, han colaborado con la consultora medioambiental GEOCyL y con la Asociación Comisión Católica Española de Migración, o CCEM, para abrir sus puertas y acoger a migrantes. Desde 2017, han acogido a más de 1,700 refugiados, es decir, unas 450 familias, que esperan documentos de asilo en España.

Bicicletas aparcadas bajo un mural pintado por un emigrante de Irán.

Los principales países de origen son:

– América: Venezuela, Colombia, El Salvador, Honduras, Perú y México.
– África: Marruecos, Argelia, Senegal, Camerún y Angola.
– Europa: Ucrania, Georgia y Rusia.
– Asia: Siria e Irán.

Además, los Viatores de Valladolid abrieron sus puertas el verano pasado a otro grupo: un grupo de niños de un orfanato ucraniano para niños discapacitados, cuyas instalaciones fueron bombardeadas y destruidas.

A partir de 2019, se ha estado reformando otra planta del edificio, que había estado vacía o se había utilizado como almacén. El objetivo era convertir el espacio en un dormitorio con literas. Este espacio añadido permitió a los Viatores acoger en agosto a un grupo de 73 niños, la mayoría con necesidades especiales.

Niños ucranianos disfrutan de una comida.

Algunos de los niños con discapacidades graves fueron derivados a otros centros, pero actualmente se atiende a 54 niños de entre 10 y 17 años, y se espera que 15 de ellos sean derivados pronto a otros lugares.

«Entre todos los que trabajamos aquí, queremos seguir construyendo un Centro San Viator que sea una casa de amplia acogida», dijo Luis Martín Cabello, Administrador del Centro San Viator en un boletín informativo de diciembre, «para que con las actividades que aquí se realizan podamos ser ‘más luz’ para nuestros destinatarios, para el barrio, la ciudad y para el mundo en que vivimos.»